dun texto de Jasbleidy
por Javier Fraiz
por Javier Fraiz
Frida languidece en el carbón del Distrito Federal.
A Frida, la puerta la anoja con un chirrido de rieles mientras se aferra a su asiento.
En la ciudad inmensa bullen las nubes como humo, por encima de las fábricas de cerámica que jalonan la piel de la 14ª interestatal.
Antes de apearse, respira en su canasto el olor de Guanajuato. Las habas enormes del rancho hierven como la piel descalza sobre un sendero arcilloso, como la tez del seno que amamanta a un bebé de tez rojiza.
México D.F. se libra ahí fuera y el corazón mariachi late con sordina.
Empieza el sol a difuminar las calles. La ciudad explota en maneras diferentes de vivir.
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